Pestañas

06 enero, 2011

Ocho kilos de libros (o de berenjenas)

Nunca he comprado libros al peso, y esta vez tampoco. Sin embargo, y porque la Navidad es época de regalos y porque vivo en Nueva York, hice acopio en Madrid de algunos de los libros que leeré durante el año.

Viajar en avión con libros -libros que pesan y abultan- no es una tarea sencilla. Busqué una maleta pequeña donde cupieran y que pudiera subir al avión como equipaje de mano. Pero antes me asaltó la curiosidad de saber cuánto pesaban. Así que, ni corto ni perezoso, me fui con ellos a la frutería del supermercado y los apilé en la balanza donde la gente normalmente pesa los tomates, las zanahorias, los plátanos o las chirimollas. En la pantallita digital de la balanza apareció una cifra: 7,600. Es decir, casi ocho kilos en libros.

Quería tener la etiqueta impresa con el peso y, a falta de la tecla para pesar libros -obviamente sólo hay teclas para frutas y hortalizas- apreté un número al azar. La balanza escupió la etiqueta adhesiva con el peso (7,600 K.) y un precio: 21,66€. Había marcado la tecla de las berenjenas, cuyo precio es de 2,85 €/Kilo.

Sobra decir que no pasé por caja ni volví la vista atrás. Lo hice de prisa, esperando no ser visto para evitar explicaciones y el sonrojo de ser descubierto con las manos en la masa.

Ahora, y después de cruzar el océano, los libros que vuelan descansan ya en casa esperando que cualquiera los lea. Algunos fueron regalos, pero la mayoría comprados a un precio superior al kilo de berenjenas.

Quizá algún día los ebooks resuelvan el problema del volumen, el peso y el precio de los libros, pero no a día de hoy, donde en español todavía no hay oferta -ni en cantidad ni en calidad- comparable con la edición tradicional en papel. 

Quizá en el próximo viaje...

PD.- Iré dando cuenta de la lectura de los libros, sin prisa pero sin pausa, en este mismo cuaderno digital que es La Palabra Infinita.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Todavía me estooy riendo yo sola, porque jamás se me hubiese ocurrido el recurso de la báscula de la fruta :-))

Veo que has hecho buen acopio para una temporada, espero comentarios al respecto.

Posiblemente el día que podamos acceder a una oferta completa de e-books en español considerable, ya no tendremos que vigilar el peso de nuestro equipaje :-))

Nuria

Javier dijo...

Pues había pensado en la báscula de una farmacia, pero ya me pareció demasiado atrevido...

Iré contando sobre las lecturas.

Un abrazo!

El Librero de Urroz dijo...

Imagínense... ocho kilos de e-books viejos. Que se apuestan a que muchos e-books van a durar menos que la mayoría de esos libros voladores.

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