Pestañas

02 enero, 2012

Acerca de «Las tribulaciones de un directivo en paro»



Tan solo cuatro días después de llegar de Nueva York (esta vez para quedarme definitivamente) compartí mesa y mantel con Miguel Ángel Aguirre Borrallo -director general de Edelman España, una agencia de comunicación- en La Penela, un restaurante de cocina gallega (Velázquez, 57. Madrid). Nos conocemos ya desde hace varios años y habíamos quedado para vernos antes de las fiestas de Navidad. Entre plato y plato (mi lubina no estaba tan rica como yo la habia soñado al pedirla) nos pusimos al día de nuestras respectivas novedades, las mías más centradas en el futuro inmediato y las suyas más bien en un pasado reciente y en un presente que Miguel Ángel desgranaba con verdadero entusiasmo. Fue a los postres (es un decir, pues ambos pasamos directamente al café) cuando puso sobre la mesa un sobre que traía para mí. Si no hubiera conocido a Miguel Angel podría haber pensado que allí dentro había dinero pero lo que sacó fue un libro finito con un dibujo a lápiz en la portada: «Tribulaciones de un directivo en paro» (LoQueNoExiste, Madrid 2011). Y el autor estaba delante de mí al otro lado de la mesa. «Es la segunda edición» se apresuró a decirme. Y entonces, con más entusiasmo que antes, me contó su peripecia de escritor y cuál había sido la génesis del libro.

Basado en hechos reales, como explica en el primer capítulo, Miguel Ángel se disfraza de Watson para compartir su experiencia vital al salir de la «zona de confort laboral», es decir, quedarse en paro, y hablar de valores como la confianza, el agradecimiento, la ilusión, la esperanza o la camaradería, «principios que hoy, más que nunca, deben guiar nuestro comportamiento». Y lo hace a través de lo que llama sus ejemplares ejemplares, aquellos libros y artículos que le han acompañado durante los últimos años (Séneca, Unamuno, Frankl, Chesterton, Conrad, Cicerón, Descartes, Wagensberg o Álvarez de Mon -que firma el prólogo-, entre otros).

Amables lectores
Pocos días después, en las vacaciones en nuestra casa de Peñacaballera (Salamanca), me he convertido por poco tiempo -pues el libro se lee en dos suspiros-, en su amable lector. Así es como Miguel Ángel/Watson se dirige en su correspondencia a quien tiene su libro entre manos, en ocasiones temeroso de que abandonen la lectura («si todavía siguen ahí», llega a decir en algún momento).

Miguel Ángel Aguirre
Después de leerlo y releerlo una segunda vez, me queda más claro que -además de dar algunas claves para los «desheredados de la tierra laboral» que como él hayan podido tener «la sensación de haberse convertido en un apestado social, que teme ser preguntado en cualquier reunión por conocidos (o no tanto) sobre su actual condición profesional»-, Miguel Ángel Aguirre ha cumplido su sueño personal de convertirse en escritor o, como él mismo se define, «directivo en paro y aspirante a escritor». Un sueño compartido con su entorno y su familia para quien no reserva elogios en un abultado capítulo final donde, por cierto, he reconocido algunos nombres de amigos, compañeros o incluso jefes.

«Tribulaciones de un directivo en paro», que tiene su propia página en Facebook, está escrito con un lenguaje muy directo y atractivo, salpicado de numerosas citas interesantes que apoyan las propias ideas de Miguel Ángel Aguirre. Aunque afortunadamente nunca he pasado por la experiencia del desempleo, su contenido es perfectamente válido también para cualquiera en el terreno laboral. Por eso le agradezco tanto a Miguel Ángel el libro y su dedicatoria, con el deseo de "muchos éxitos en esta nueva etapa vital y profesional", y por supuesto, la invitación a comer. Ya se lo dije, la próxima me toca a mí, ojalá con el libro ya en su tercera edición.

Hay muchas frases que subrayé mientras leía, pero señalaré aquí sólo una, de Miguel de Unamuno, que me parece para enmarcar:

«El espacio que recorras será tu camino; no te hagas, como planeta en su órbita, siervo de una trayectoria».

P.D.- Este era, en efecto, el libro que hace el número 27 leído en 2011 y que, por motivos de tiempo, no quedó registrado en la entrada anterior. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Javier,

le escribimos desde la editorial LoQueNoExiste. Nos complace que le haya gustado el libro de Miguel Ángel Aguirre, Tirubulaciones de un Directivo en Paro, tanto como a nosotros.

Un abrazo,

El equipo de LoQueNoExiste

Javier García dijo...

Gracias a vosotros (LoQueNoExiste) por editar textos e ideas como las de Miguel Ángel, que sin duda merecen existir para disfrute de los lectores.
Un saludo.

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